Mi día Viernes tuvo algo en particular, la Vale se iba a la Jornada de Dirigentes en Bellavista, así que aproveché de que se fuera con harta carga. Se llevó con ella una ruma de cartas y cosas para mi panchita, era obvio, tenía que aprovechar el transporte y la mensajería instantanea de alguien que fuera para el Cenáculo!.

Creo que estas es una de las pocas fotos que se salvaron de la catastrofe del formateo y claro!, fue tomada cuando nos queríamos comer la torta de cuchuflí y teníamos a la hna María Montserrat rellenando y calmando a la masa desenfrenada del hambre. Eran esas niñerías que sólo la pancha enganchaba y las hacía tan divertidas por fomes y tontas que parecían y es que sólo una hermanita puede saber leer el corazón de la otra, transformando una mirada en el signo de mayor complicidad.

Hoy como día Viernes, muero de ganas de tomarme un capuccino en el Marriet de Avda Alemania, conversando de las cosas más tontas que se nos pudiesen ocurrir. Ese cafecito duraba tantas horas que sólo nos dábamos cuenta cuando ya se nos acababan los cigarros al centro de la mesa o como también cuando nos ibamos caminando al Santuario para quemar las calorías de tanta crema o pan que nos comíamos mientras hacíamos hora para algo. Parece que estoy viendo el auto rojo con el cenicero asqueroso de tanta colilla cómplice de tanta conversa. Mi Pancha "hitler" siempre se encargaba de hacer cualquier cosa una hermosa ofrenda de amor, hasta el cafecito del Marriet.

Igual respondí a una inquietud que tenía. Le imprimí el Blog completo!. Casi morí cuando me di cuenta que eran más de 70 post desde Agosto hasta la fecha. Entre mi había un dejo de culpa por todo lo que tendrá que leer, pero ella lo quiso así, así se lo envié junto a las cartitas. También le envié mi denario, para que me acompañe con el rezo por la Juventud de aquí y las cartas con tantas y tantas cosas que siento y que me han pasado en estos últimos días. Es tan mágico hacerla participe de tantas y tantas historias y sentir que igual me acompaña con la misma fuerza de antes. Cómo se encarga de siempre enviarme recados con las personas que sabe son cercanas a mí, y cómo se entera de las cosas incluso antes que me ocurran.

Y justo hoy hablaba con una de mis niñas de los regalos de Dios. La Panchita, como muchas saben es un regalo que pedí al cielo y que me fue concedido con miles de Gracias. La Gracia de la compañía y del cariño sin límites y es que cuando hablo de mi Panchita se me ilumina la cara y se me aprieta el corazón. Está tan, pero tan inscrita en él, pero nunca pensé que un regalo tan inmenso en mi vida iba a poder devolverlo con tanto aprendizaje a Dios. Mi Panchita es una niña-mujer que fue planeada para entregarse completamente a Dios y siendo la menor de las Ofrendas, se convirtió en poco tiempo en la admiración de todas nosotras. Me premió con hacerme partícipe de sus más profundos anhelos y sus más intimos sueños. Me educó tanto en el ser Ofrenda Viva que sin duda ahora recien me estoy dando cuenta de como se ha ido cumpliendo el plan de amor que Diosito tenía previsto para nosotras.

Muchas veces como dice la canción le preguntaba a Dios que podía darle, quería darle algo digno de él. Así que le entregué a mi hermanita menor, como signo de mi amor. Me costó tanto y creo que aun sigo tironeando, pero se muy bien que es parte del plan.

Hoy siento más que nunca, que la panchita es parte fundamental en el pulir de Dios en mi, es mi angelito de la guarda que me acompaña cada día y no ha habido ni un sólo día en que no piense en ella y le cuente mis cosas aunque sea en sueños. Yo sólo soy una niñita mañosa y que hace pateletas, que tendrá a una de las personas que más quiero en mi vida, como esposa de Jesús.

Que rico es recordar y extrañar con suspiros y sanamente. Es tan rico liberarse de los egoismos y de los rencores que alguna vez habitaron en mi corazón. Pero existe en mí la alegría de haber podido entregar a mi amiga a Dios y junto a ella, todas mis miserias.

Quiero que sea 21 pronto!!!!!!!! y poder agarrarla a besos aunque me alegue o me reten las hermanas!. Quiero darle mil besos y abrazos, tantos como el cariño que le tengo!.

Y el Padre nos dice: