domingo, septiembre 11, 2005

Azucena Heroica

"Azucena Heroica, Cenáculo de nuestra Tierra"
Hoy el cielo está AZUL, los pájaritos cantan y los árboles comienzan poco a poco a florecer. Hoy también me costó despertar, pero algo en mí me dio un impulso gigante a levantarme feliz. Hoy es un día especial para mi querida juventud. Es un aniversario del ideal que la Matercita nos regaló, digo NOS, pues cada día que pasa, lo siento más mío.
Pasé a buscar a cada una de las niñas que viven cerca de mi casa y al llegar al Santuario no pude dejar de no suspirar. Ver mi querido Santuario sobre el monte. Verlo tan nítidamente me apretó el corazón que parecía que se me iba a salir. Como también ver los jardines de mi querido Monte Horeb llenos de juventud.
No pude dejar de recordar, cuando era una infante que apenas sabía rezar y llegué a la Ermita de mi Santuario. Vi la imagen de la Mater y me quedé pegada largos minutos mirandola. Me gustaba verla, ver la unidad perfecta con su hijo y como con su velo envuelve perfectamente a su hijo, sosteniendolo desde el corazón, como si fuese el Espiritu Santo quien lo sostiene y no ella. Creo que desde ahí, me propuse querer siempre estar en brazos de ella, mantener mi fidelidad aunque muchas veces el rezar se vuelva una rutina. Hoy miré cada rincón de nuevo y subí al monte a pie. Milagrosamente la rodilla ya no me dolía, pero quise subir a pie para volver a recorrer cada lugar que marca mi infancia. Pasé por mi árbol (si ese donde quiero que me entierren pero dudo que me pesquen). Ahi está inscrito mi nombre, dice asi: Paty 92, siempre fiel a tú corazón". En esa época tenía tan sólo 10 años y dudo que le tomara el peso a lo que escribí, aunque la certeza está de que la Mater lo leyó.
Mi mañana fue feliz, no pude dejar de no verme reflejada en cada una de mis niñas. Niñas que han llegado sin saber por qué, pero que se han dado cuenta, poquito a poco de que la Mater las fue conquistando con señales que ellas mismas hoy reconocen. Luego en el Santuario puse las Banderas y sólo cantamos. Nuevamente la emoción. Recordé cuantas veces le prometí dentro de Monte Horeb llenar mi Santuario de Juventud. Hoy esa promesa se hacía realidad.
En verdad, no me siento digna de tantos regalos y de todas las palabras que hoy me dijeron. Las gracias de los papás emocionados por la entrega a sus hijas y las palabras de las niñas por ser un reflejo de la Mater ante ellas. El querer ser como yo me produce un apretón en el corazón pues solo yo se, cuanto me falta para ser un verdadero reflejo, pese a todo lo soy para ellas.
Leí nuevamente el papelito que llevo en mi billetera. Si ese Maru que nos pediste escribir para semana de grupo. Todo lo que escribieron rondaba en lo mismo. Me acordé de las últimas conversaciones por MSN, donde me dices lo que he crecido y madurado. En verdad, creo haber experimentado uno de los mayores milagros de amor, no he crecido, sino al contrario, me empequeñecido. He descubierto cada una de mis miserias y mi humanidad. Pese a ello, las personas siguen diciendo que con verme creen un poquito más en Dios.
Creo que nada de lo que celebran a diario es mío. Son milagros de amor. Son ese querer fundirme en los brazos de la Mater siempre y en cada momento. Es el haber aprendido a patalear y alegar delante de ella con total confianza. A no sentirla en mi oido, sino sentirla realmente dentro de mi corazón. Es el darme cuenta de como me ha regalado estos meses de profunda vinculación a ella. Cómo me ha confiado una juventud entera. Cómo se hace presente en mi corazón para conquistar nuevos corazones.
Siempre he pensado, que la mejor herencia que puedo dejar a cada una de las personas que quiero, es darles a conocer a Dios. Así con una persona que acerque a El, yo me doy por satisfecha. Ahora mientras escribo veo como la Mater se ha tomado mi casa. Si, yo soy la primera en mi familia que entró a Schoenstatt, y la Mater comenzó a ocupar un lugarcito en mi pieza. Ahora no sólo está en ella, sino que en cada pared de mi casa y en la pieza d emi hna y de mis papás. En los negocios de mis tíos y en el corazon de miembros de mi familia.
Hoy me siento realmente feliz. De sentirme tan privilegiada y predilecta. Trece años despues, renuevo mi compromiso tallado en el árbol. Si Mater, siempre fiel a tú volundad, ahora más conciente de ello. Hoy mi medalla brilla más que nunca y mi anillo de militante se hace cada vez más vivo. Mi ideal personal está brillando. Mi corazoncito pequeño irradia las gracias, fruto de todo vivido.
Estoy tan contenta!!!!. Una de las niñas me preguntó: ¿Cómo lo haces para entregar tanto y no cansarte?. Mi respuesta fue pauteada, sin que por ello sea menos verdadera. Le dije: Es como cuando encuentras un tesoro, que te llena y te alumbra la vida. En mi no cabe más la necesidad de poder gritar a los cuatro vientos lo feliz y predilecta que soy y a regalarlo por donde vaya. Aunque tenga que caerme y aprender a porrazos lo que ahora te digo.
Aquí va, otro poquito de mi corazón. Especialmente para tí angelito mío. Ayer decidí regalarte nuevamente mis tesoros, para que te des cuenta, que hace tiempo que los descubriste!
Las quiero muuuucho...
Que la Matercita les sonría!!!!!
Quedamos en eso, permanecemos fieles y felices!.

Posted by Solcita :: 9:40 a. m. :: 6 Comentarios:

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