viernes, agosto 26, 2005

Contratransferencias



Hoy me sorprendí leyendo el Blog de DL, como relataba con tal precisión el dolor humano y su acompañamiento. Me acordé inmediatamente de una imagen que ví hace muchos años. Creo que en ese momento me enamoré de la CRUZ. Especialemente de la CRUZ DE LA UNIDAD.
Aunque en ese entonces tenía casi 10 años, me impactó ver a la Mater portando el cáliz y su UNIDAD tan perfecta con JESÚS. Creo que pensándolo bien, fue ahí donde descubrí que mi vocación era ser Psicologa. Era lo coherente a mi forma de ser, me permitía una vinculación estrecha, personal y una unión en la cruz con quien me abre su corazón. Lo lindo es, es que no es necesario SER psicologa para ser UNIDAD. Es más, creo que si todos lo tuvieramos incluído en nuestra propia lista de propósitos, no habría necesidad de loqueros en el mundo.
Es esta misma CRUZ, la que elegí como símbolo de mi PB. Hoy "nuevamente" la tuve que vivir, pero en un caso que causaba una mayor emoción o casi desgarro.
Un día como hoy, hace diez años, murió mi abuelo. Pese al tiempo transcurrido, sigo pensando en él prácticamente cada día, porque fue una de las personas más buenas y honradas que he conocido. Y el mejor abuelo también. Le gustaba dormirse mientras yo lo peinaba, afeitaba o incluso le cortaba el pelo. Me defendía cuando alguien me retaba (yo tendía a desmayarme, era/soy muy sensible, cuando alguien me gritaba), me daba las aceitunas y las pasas para que aprendiera a comerlas, hasta que les agarré el gustillo, aunque no mucho.
Cuando pasaba temporadas con mi abuelo en la casa de las termas, nos subíamos y bajábamos cerros y siempre en la cima tenía una lección de vida: "La vida es así, es cómo subir una montaña, aunque estés cansada, aunque quieras parar...sigue adelante, pues corres el riesgo de que oscurezca y te perderás el paisaje"..."no te quedes en el monte, pudiendo subir a la montaña".
Mi Tata vestía casi siempre ropas marrones y pantalones de tela. Pásabamos largas horas conversando y él contándome de las que pasó en la Guerra Civil. Me llamaba su nietecilla, aunque durante años fue mi padre, el papá que estaba cuando el mío acompañaba a mi mamá en Stgo. Lo echo mucho, muchísimo de menos. Y no puedo evitar pensar que, de no haberse ido para siempre tras el último infarto, si hubiese vivido algunos años más, ahora no estaría tecleando, sino que con él, conversando y me pregunto: ¿estaría orgulloso de mí?.
Una de mis niñas me dijo hoy: " Mi Abuelo era la persona más cercana que tenía, con él conversaba, con él hablaba los temas dificiles. Por él entré a Schoenstatt, por él soy una niña buena". Yo en ese momento ¿qué decir?. No sé realmente si pude abandonar del todo mi rol de dirigenta o de hermana mayor, si pude despegarme de la psicología y convertirme en la niña que a su edad vivió lo mismo. En mi corazón se sentían volver miles de recuerdos, más UNA ESPERA lenta de un corazón que cada día late a menos prisa. Tampoco pude evitar llorar. Creo que con ese llanto le pude decir: "Te entiendo más de lo que imaginas".
Hoy le pido a mi Tata del cielo, que reciba a Don Orlando (casualmente mi vecino). Espero que se hagan compañía y sean amigos. Por mientras yo recibo el encargo de UNIDAD y acompaño a su nieta.
Es lo de hoy. Un día de CONTRATRANSFERENCIAS.
miles de besos!.
pd: pelá, hoy he fumado sólo dos!. =)

Posted by Solcita :: 11:56 a. m. :: 3 Comentarios:

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